— ¿Nos sentamos juntos? —ella aún no comprendía por qué Niall le hablaba
con tanta confianza, como si ella no fuera mala. Todos los observaban
disimuladamente, esperando la respuesta con la misma ansiedad que Niall. Casey
le sonrió y asintió con la cabeza. Por alguna razón ya no estaba tan interesada
en hacerles creer una mentira a los demás y si alguien se burlaba, le rompía
los dientes.
Eligió una hamburguesa y un jugo de naranja y los dejó en su bandeja.
Cuando se volteó para buscar la cabellera rubia de Niall tuvo una desagradable
imagen a unos metros de distancia: Katty estaba sentada en las piernas de su
novio besuqueándose como si el mundo se fuera a acabar. Se le quitó el apetito
de sólo verlos.
Se acercó hasta la mesa de Katty con toda la intención de arrojarles el
jugo encima para arruinarles el espectáculo, pero desistió de hacerlo al ver
que Niall estaba tres mesas más allá, agitando su mano para llamar su atención.
Resopló y pasó de largo.
A Niall lo acompañaban dos chicos: uno de cabello rizado y otro moreno.
Casey hizo una mueca, no se le había pasado por la cabeza que Niall tuviera
amigos. Se detuvo antes de sentarse, no quería ver como esos chicos se oponían
a su llegada.
—Chicos, ella es Casey. Ellos son Harry y Zayn —los presentó Niall.
Definitivamente no se sentaría con ellos, sólo se produciría un silencio
incómodo y terminarían por irse a otra mesa. Necesitaba decir algo antes de que
ellos lo hicieran.
— ¡Oh, tú eres la chica que golpeó a Dylan, el del equipo de fútbol!
—exclamó de repente el rizado, Harry. El otro chico asintió con una sonrisa y
aplaudió.
—Eres nuestra heroína —dijeron los dos.
Casey no sabía porque estaba tan sorprendida. No sabía si era porque
esos chicos la miraban con normalidad, porque no se asustaban o porque no
tenían ni la más remota idea de quién era ella.
— ¿De verdad consideran que golpear a otra persona es digno de una
heroína? —les preguntó. Niall iba a responder, pero Harry se le adelantó.
—Por supuesto, Dylan es un estúpido. A principio de año escondió mi ropa
mientras me duchaba, a Zayn le robó su tarea de matemáticas y a Louis lo echó
del equipo.
Louis, ella conocía a ese chico. Así que Niall era amigo de Louis.
Soltó una carcajada al recordar cuando golpeó a Dylan en medio del campo
de fútbol, cayó al suelo como una niña y se puso a gritar de dolor. Los otros
miembros del equipo la rodearon con el deseo de vengarse hasta que uno de ellos
gritó "¡Oh por Dios, es Justin Bieber!" y todos se giraron a ver
donde se suponía que estaba. Louis le hizo señas para que escapara y Casey se
fue corriendo hasta perderse lejos de la escuela.
—Yo conozco a Louis —les dijo. Ellos se miraron entre sí, preguntándose
por qué su amigo no se los había dicho—. Y creo que también sé por qué lo
echaron del equipo.
—Interesante. Así que Louis te conoce y ni siquiera se le ocurrió
comentarlo —espetó Niall. Harry rió y lo golpeó en el hombro, Zayn hizo un
gesto con la mano para que se sentaran.
Casey se quedó de pie. Algo no estaba bien en todo esto ¿Por qué de
repente unos chicos se comportaban como si nada con ella? ¿Es qué no tenían
oídos para escuchar las horribles cosas que se hablaban de ella?
— ¿Te vas a sentar? —le preguntó Zayn. Ella se sentó distraída y por
accidente dio vuelta su jugo de naranja sobre la mesa. Todos se levantaron para
no mancharse, excepto Casey que ya tenía una gran mancha mojada en su suéter.
—Lo siento —les dijo ella. Había arruinado su primera conversación
normal con chicos de su edad en años.
—No te preocupes —le dijo Niall—. Aunque deberías quitarte eso o te vas
a manchar más.
Casey se puso tensa, apretó su bandeja hasta que le dolieron las manos
controlando los nervios que amenazaban con gritarle a Niall que no se
entrometiera en su vida.
—Está bien así, es que soy muy torpe —se disculpó ella.
—Torpe nada, sólo derramaste jugo. Vamos, quítate eso, hace calor y
quedarás pegajosa —le dijo Zayn.
Casey iba a explotar. Le agradaba esto de sociabilizar sin tener que
intimidar a alguien, pero por naturaleza era antisocial y le costaba demasiado
abrirse a la gente. Y estos chicos la trataban como si se conocieran de
siempre. Ella sabía que estaban siendo amigables, mas eso era lo que la estaba
enloqueciendo.
—No, en serio estoy bien. Creo que sólo lo limpiaré. Voy al baño —Dejó
la bandeja sobre la mesa y se fue corriendo a través de la cafetería empujando
a todo aquel que se le cruzara.
Niall resopló un poco decepcionado, Casey le había parecido una chica
interesante y creía que siendo simpático lograría quitar esa pared que la
alejaba del mundo. Porque si había oído todos los rumores sobre ella, también
los comentarios de los maestros sobre su agresividad a pesar de sus buenas
calificaciones y miles de cosas más que la tachaban como una chica mala. Sin
embargo, él sabía que ningún rumor era cierto hasta que la misma persona lo
confirmara, y Casey nunca decía nada, los insultos y el odio le resbalaban.
—Siempre supimos que eras raro, Niall. Pero nunca imaginamos que te
harías amigo de Casey Whitmore —dijo Zayn. Niall lo miró confundido, sus amigos
no eran prejuiciosos y que Zayn digiera eso era extraño.
—Amigos no lo sé, ella es muy esquiva —le respondió el rubio.
—Bueno, chicos...—Harry se les unió y los abrazó a ambos pasando sus
brazos por sus hombros—. ¿Quién dice que nosotros somos normales? Dale una
oportunidad, Zayn. ¿O le haces caso a lo que dicen los demás? Da un poco de
miedo, tengo que admitirlo...—Niall iba a interrumpirlo para que no digiera una
estupidez, pero Harry fue más rápido y agregó—: Aunque yo creo que no hay
persona en el mundo que se pueda resistir a la ternura de Niall.
Los chicos rieron, Niall con las mejillas sonrojadas. Limpiaron la mesa
y se sentaron a comer. Cuando acabaron, Niall guardó en una bolsa la
hamburguesa de Casey para entregársela después.
Detrás de la escuela, en un rincón al lado de los basureros que
contenían los desperdicios del almuerzo, Casey estaba sentada en el suelo con
la cabeza entre las rodillas. Quería llorar por la misma razón de siempre, la
terrible inseguridad que sentía cada vez que hablaba con alguien que deseaba
ser su amigo.
—Te odio, te llevaste todo lo bueno que tenía...—maldecía con los ojos
fuertemente cerrados.
El rostro de "él" apareció en su mente y no pudo borrarlo por
más esfuerzos que hizo. Su recuerdo estaba adherido a ella como su propia piel,
cada vez que ella caía en la tristeza "él" aparecía y hacía girar sus
pensamientos, retorcía toda idea coherente y la hacía ahogarse en un dolor tan
intenso que Casey temía que fuera depresión.
—Te odio, te odio, te odio, te odio...—susurraba.
— ¡Miren a quien tenemos aquí! —escuchó de pronto.
Levantó el rostro y vio a cinco chicos que la acorralaban. Pudo
distinguir entre ellos a Dylan, el idiota al que golpeó hace dos semanas, y al
novio de Katty, Brad. Los otros carecían de importancia para su existencia a
menos que intentaran llevarle el contrario, eso los pondría en su lista negra
de personas a las cuales odiar.
Se colocó de pie y disimuló las lágrimas que estuvo a punto de llorar,
levantó una ceja y sonrió de medio lado.
—Un grupo de inútiles detrás de la escuela, espero que no estén haciendo
cosas indecentes, como sacar su lado salvaje contra la pared —Casey rió con
sarcasmo para enfadar más a esos chicos.
Dylan gruñó mientras sus manos se hacían puños, sus nudillos estaban
blancos de tanta fuerza contenida.
—Y tú, que estás sola... me imagino que cosas harás aquí mientras nadie
te ve, porque estoy seguro que a nadie le gustaría acompañarte en tu soledad...
—los chicos sonrieron con suficiencia.
Casey se dio cuenta del doble sentido en la frase de Dylan, pero por un
momento recordó a Niall que tan amablemente la había tratado esa mañana, aunque
no en el sentido que señalaba Dylan.
—Oh, mira como me pillas. Al menos no tengo sexo con el novio de mi
mejor amiga —contraatacó Casey.
Brad miró sorprendido a Dylan, quien nervioso agregó:
—Por supuesto que no, tú no tienes amigas y él único amigo que tuviste
te abandonó —eso fue el colmo.
Casey podía soportar las miradas, los insultos y todo lo demás, pero
jamás que hablaran de "él" en su presencia, jamás.
Se abalanzó contra Dylan y lo golpeó en el ojo, los otros chicos la
agarraron de los brazos y ella gritó. La sostuvieron justo donde estaban los
cortes.
Ella se removió tratando de escapar, pero ellos eran más fuertes. La
lanzaron al suelo y Casey se golpeó la cabeza.
—Si tu madre te hubiese enseñado a ser una buena para nada como ella,
tal vez no tendrías tantos problemas, Cass —Casey se tapó los oídos, sólo
"él" la llamada de esa forma—. Pero como está más preocupada de
acostarse con todos los hombres de Inglaterra, se olvidó de educar a su hija.
Escuchó como las risas de ellos se apagaban a lo lejos mientras el
timbre de la escuela anunciaba más clases.
Se miró el suéter manchado de jugo y sucio por el polvo del suelo, hacía
un calor que no se aguantaba y más encima estaba enojada, muy enojada.
—Me pregunto por qué odiaré cada día un poquito más al mundo —dijo con
sarcasmo en voz alta. Se quitó el suéter y lo arrojó a la basura, quedó con sus
jeans y su playera negra.
Niall se sentó al final de la fila, en el puesto que ocupaba Casey para
su clase de lengua. Se sentía bien poder conversar con ella después de todo ese
tiempo sin conocerse, estaban juntos en las mismas clases (absolutamente todas)
desde hace más de un año y jamás se había atrevido a hablarle. Debía admitir
que el comentario que hizo en el pasillo acerca de sus dientes le dolió, pero
algo le decía que no fue su verdadera intención decirlo.
—Niall ¿quieres morir? —le preguntó una chica castaña de enormes ojos
marrones. Estaba sentada en la fila de al lado y lo observaba alarmada—. Ahí se
sienta Casey, si te ve serás hombre muerto.
—No seas exagerada, Mel. Esta mañana también me senté con Casey y mírame,
vivo y en una pieza, no es nada del otro mundo —le dijo él. Mel abrió la boca
al no creerle.
— ¿En serio? ¿Y no te golpeó o te amenazó?
—Para nada, es muy amable y algo tímida —Niall tenía en cuenta que
estaba contando un trozo de la verdad, pero quería dejar bien a Casey frente a
Mel, ella era una chica agradable y tal vez, con un poco de suerte, podía hacer
que Casey entablara amistad con ella.
—Allí viene, Niall... —exclamó Mel.
Casey iba entrando al salón y hubo la misma reacción que en la mañana,
todos se apartaron y se quedaron en silencio mientras ella caminaba. Sin
embargo, esta vez el silencio fue sepulcral. Todas las miradas se posaron en su
brazo izquierdo, en especial una mirada tan azul como cielo.
— ¿Qué haces en mi puesto, Niall? —le preguntó ella a Niall cuando llegó
a su mesa. Mel no pudo pronunciar ni una palabra para ayudar al rubio y Niall
estaba concentrado observando los cortes en su brazo.
— ¿Cómo te hiciste eso? —inquirió él.
—Esa no es la respuesta que esperaba. Te pregunté qué haces en MI
puesto.
Niall reaccionó y miró a Casey al rostro. Ella tenía los ojos llorosos y
una mancha de sangre en la frente.
— ¿Qué te sucedió? —insistió él.
Ella bufó y empujó la silla que estaba al lado de Niall para sentarse.
La clase no podía dejar de observar la escena, Casey la chica fuerte que los
intimidaba se cortaba y no temía admitirlo.
A pesar de la conmoción, nadie dijo nada. Ninguno se atrevía salvo
Niall.
Encima sos argentina piba y nos hacés quedar como el OGT, sos directioner, como la chica que escribió esta novela, por lo menos un poquito de respeto al trabajo de los demás y sobre todo si son de tu mismo fandom, qué boluda, no hay otra palabra, boluda. Podrías haberle pedido permiso para adaptarla o lo que fuera que te lo habría dado sin contemplaciones! El trabajo que le costó a ella escribir esta novela fue y va a ser siempre mucho más que leer, copiar y pegar. Y para tu información, los escritores, sacan los cuentos de sus propias mentes, no se lo roban a los otros. O por lo menos los que realmente pueden ser llamados como tales.
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