martes, 3 de julio de 2012

"Una persona que quiere venganza guarda sus heridas abiertas" 3/3


Capítulo 8: Parte 3/3
"Una persona que quiere venganza guarda sus heridas abiertas"

— ¡¿Qué le has hecho?! —gruñó el profesor, acercándose con cierta amenaza en su rostro. Era uno de los maestros que odiaba a Casey por considerarla arrogante. 
Ella no podía moverse, dirigía la mirada entre el pálido rostro de Niall y la figura evanescente de Liam. Algo le había hecho él al rubio.
“¿Qué le hiciste? Por favor, dime que no está muerto” pensaba desesperada.
Pero no recibió respuesta. Eso la asustó aún más.
— ¡Respóndeme Whitmore! —el grito del profesor la hizo volver a la realidad. 
—Yo no fui, sólo se desmayó —le dijo Casey, al borde de las lágrimas. Sus compañeros la observaron impresionados, no era el momento para levantar una pared y esquivar las miradas de los demás, Niall necesitaba ayuda y era inevitable no esconder sus emociones.
—Una semana suspendida, Whitmore. Ahora, ustedes dos —señaló a unos chicos robustos que estaban sentados—, lleven a Horan a la enfermería.
Los chicos levantaron a Niall, uno lo afirmó de los brazos y el otro de las piernas. Salieron de la sala, seguidos por el profesor.
En cuanto la única persona con autoridad se retiró, Casey se sintió como si estuviera en medio de una manada de lobos.
— ¿Qué te hizo él? Era amable contigo —le dijo un chico.
—Ni siquiera debió haberte hablado, eres una loca —contraatacó otro de sus compañeros. 
— ¡Una psicópata!
Toda la fuerza, todo el odio desapareció. Casey estaba indefensa, no era capaz de responderle los insultos, no podía cubrirse los oídos y dejar de escuchar.
Ellos tenían razón.
Liam sabía que se había excedido, los pensamientos de Casey eran alarmantes. Era como nadar contra la corriente, contra un mar de ideas. Chocaba con una, luego con otra y no alcanzaba a leer ninguna. Así que no supo que iba a hacer su amiga cuando se levantó, agarró su mochila y se fue corriendo del salón.
Casey corrió sin saber a dónde ir, sólo quería alejarse de las cortantes palabras de sus compañeros.
Cortantes.
Eso era lo que necesitaba. Eso calmaría la culpa.
No lo había hecho desde que comenzó a hablar con Niall, pero ahora era un caso especial.
Apagaría la agonía.
Se encerró en los baños y echó el cerrojo a uno de los cubículos, no llevaba ninguna navaja, aunque una tijera serviría.
Después de encontrarla en medio del desorden de su mochila, respiró hondo y oprimió el filo de esta contra su piel. No sucedió nada, sintió un leve ardor y apareció una línea roja por donde pasó la tijera, pero no sangró.
Debía aplicar más fuerza.
Un hilillo de sangre descendió por su brazo a la segunda vez, podía sentir como todas las preocupaciones se iban con ella.
Corrió más sangre al cuarto corte, después del sexto vio que las baldosas del baño estaban manchadas de sangre. Pasarían desapercibidas en un baño de chicas.
—Detente —escuchó de pronto.
Liam estaba sentado a su lado, en el suelo. Ya no se veía peligroso, incluso esa mirada tierna y preocupada había vuelto a sus ojos. Eso le recordó a Niall.
— ¿Es por él? —inquirió Liam, leyendo los pensamientos de Casey.
Ella negó con la cabeza y sonrió, alzando la cabeza al techo para no ver como la sangre chocaba contra el suelo.
—Al principio… por ti —le dijo ella luego de unos segundos—. Ahora… creo que es por mí. Soy una mala persona.
—No, no lo eres —Liam se acomodó y la abrazó. Ese frío que caracterizaba su tacto envolvió a Casey, doliéndole más que antes. Ella tembló y Liam tuvo que soltarla si no quería matarla.
— ¿Por qué cada vez que te toco comienzo a sentir frío?
—Porque estás tocando a la muerte —le respondió él, con la voz apagada.
Liam la ayudó a secar la sangre y a vendar los cortes. 
Casey lo miró y comenzó a llorar.
¿En qué estaba pensando? Liam estaba muerto, nunca sería igual que antes. 
Ella tenía 17 y su amigo seguía con la apariencia que tenía a los 14, era triste saber que cuando ella fuera anciana, el fantasma de él estaría ahí merodeando.
Liam le secó las lágrimas y la volvió a abrazar. Esta vez duraron más.
—Sé lo que piensas, pero no te preocupes. Ahora, debes aparentar que todo está bien —Casey se limpió el rostro y se maquilló con delineador negro mientras Liam limpiaba la sangre del piso.
— ¿Qué le hiciste a Niall? —insistió ella otra vez.
—Lo toqué, es un debilucho. Tú resistes, él en cambio cayó de inmediato.
—Pero estará bien, ¿cierto?
Liam hizo una mueca y asintió.
—Lo estará, lamentablemente.
Eso la tranquilizó un poco. Al menos Niall no había sufrido daños, aunque todos pensaran que ella le había hecho algo.
—Iré a verlo —dijo de repente.
Liam suspiró y no reclamó, no era el momento más adecuado para criticar a Niall, su amiga estaba preocupada y sus comentarios sólo lograrían que ella se sintiera peor.
Cuando estaba por entrar a la enfermería, sonó el timbre. Casey se apresuró entrar antes de ver a sus compañeros de clase. 
Había tres camillas, dos vacías y la que estaba al lado de la ventana ocupada por Niall. Se veía sereno, con los ojos cerrados y la respiración acompasada.
Casey acercó una silla que encontró al lado de un estante con remedios y se sentó a su lado.
—Niall, despierta… —susurraba en su oído.
Liam se cruzó de brazos y se apoyó contra la pared, la escena le habría causado nauseas, si es que las hubiese podido sentir.
—Despierta… idiota, no hagas que me preocupe por ti —siguió susurrándole. 
La puerta se abrió y la enfermera del colegio entró. Se quedó mirando a Casey y la forma en que estaba inclinada al lado de Niall.
— ¿Eres la novia? Se pondrá bien, sólo le bajo la presión y se desmayó, despertara dentro de poco —Casey no le dijo nada, tal vez si le decía que no era su novia la echaba.
Y tal como lo dijo la mujer, Niall comenzó a abrir los ojos de a poco. La luz lo cegó por unos segundos, pero en cuanto recuperó la vista, se encontró con la sonrisa de Casey.
¿Acaso estaba soñando?
— ¿Casey? —ella volvió a sonreír y Niall hizo lo mismo en un acto reflejo.
—No, soy Sherk —Niall rio fuerte, al parecer Casey estaba de buen humor, aunque no entendía que había pasado.
— ¿Qué sucedió?
—Te desmayaste —Liam abrió la boca para agregar algo más a lo que dijo Casey, pero la cerró y prefirió omitir los comentarios acerca de la debilidad del rubio.
—Y ahora tendrás que andar despacio si no quieres hacerlo de nuevo —dijo la enfermera, cuya presencia había sido ignorada olímpicamente.
Ambos chicos rieron, pero Casey hizo una mueca cuando chocó su brazo contra el borde de la camilla. 
La enfermera la miró con suspicacia, con eso bastaba para saber que algo andaba mal con esa chica, tantos años trabajando allí hacían a sus ojos unos expertos para detectar chicos con problemas.
—Déjame ver tu brazo, cariño —le dijo la enfermera, pero Casey se apartó y escondió su brazo tras su espalda.
—No pasa nada, me golpeé, eso es todo —pero Niall también se dio cuenta y la agarró del brazo. Casey gritó y eso hizo que Liam se enojara.
¿Acaso tenía que hacer que Niall le diera un infarto para que dejara tranquila a Casey?
Caminó furioso hasta el lado de Niall, esta vez lo mataría, esta vez lo haría de verdad.
— ¡NO, LIAM!
Silencio.
El grito de Casey había hecho que Niall la soltara y que la enfermera diera un paso atrás.
Liam se detuvo a un centímetro de Niall y Casey tenía los ojos abiertos por la impresión.
Era un desastre, simplemente un total y fracasado desastre.
Pero la enfermera se recuperó y cuando Casey estuvo distraída la agarró del brazo y le levantó la manga.
—Ya veo a que Liam te refieres —le dijo la mujer, examinando la profundidad de los cortes—. Eras la amiga del chico que se suicido —abrió las puertas del estante y de allí sacó una vendas y desinfectante. Obligó a Casey a sentarse otra vez y empezó con la tarea de limpiar las heridas—… Pero cortarte no lo traerá de vuelta.
— ¿Qué sabe ella? —bufó Liam. Estaba más calmado, tendría que aprender a controlarse, sin embargo, la rabia era más fuerte que él. 
Niall estaba vivo y podía conversar con Casey de lo más normal, podía tocarla sin dañarla. Él, en cambio, no era nada. 
Tenía que hacer algo al respecto, pero no dejaría que Niall le robara a su mejor amiga.
—No lo hagas más… —murmuró Niall, incorporándose en la camilla. Se afirmó con los codos para sentarse, pero la cabeza comenzó a darle vueltas y tuvo que tirarse para no caer.
Casey ya estaba harta de aparentar ser ruda cuando en realidad se quejaba como una niñita llorona. Niall la estaba ablandando.
—Escucha a tu novio, tienes muchas cosas por las que vivir… —decía la enfermera, pero Casey la interrumpió.
—No estoy intentando suicidarme —le dijo. 
La enfermera hizo como que no había escuchado nada y siguió vendando su brazo. 
Cuando ella los dejó solos, Niall levantó una ceja y la miró divertido.
Desde hace dos semanas se había dado cuenta que caería enamorado de Casey, desde hace dos semanas no encontraba la ocasión para hablarle, mas ahora estaban solos.
O al menos esos creía él.
— ¿Novios? —inquirió.
—No me dejaría entrar si le decía lo contrario —Niall le creyó, aunque prefería pensar en otra versión de los hechos.
Liam leyó el pensamiento del rubio y no evitó soltar una carcajada.
—Casey, le gustas —logró decir entre la risa que le provocaba esa idea.
“¿Acaso tiene eso algo de malo?” pensó ella.
—Es que… jajaja, no con él —dijo Liam. 
A Casey le gustaba ver sonreír a su amigo, aunque no a costa de Niall.
—Bueno, ¿y qué si a mí también me gusta? —le dijo ella.
“Dime que lo pensé”
Liam se calló y tanto él como Casey miraron a Niall. 
“Por favor, dime que lo pensé”
— ¿Quién te gusta? —le preguntó Niall, sin entender de que estaba hablando.
“Lo dije”
—Cálmate, sólo dile que te gusta el chocolate —comentó Liam, pero Casey no lo escuchó.
Casey dudó unos segundos, hasta que al fin se decidió.
—Tú.
_______________________________________________________
Bueno, por hoy termino. NO MENTIRA!! 















Casey esperó a que Niall le contestara, que le dijera algo, algún comentario, alguna expresión de asombro o al menos un desprecio, pero no recibió nada por parte del rubio, ya que yacía inconsciente sobre la camilla. Otra vez.
— ¡Liam! —exclamó enojada. Le había costado reunir bastante valor para hacer esa confesión y una pizca de impulsividad, e iba Liam y dejaba inconsciente a Niall.
Liam tenía su dedo –un solo dedo- sobre el brazo de Niall, lo rozaba y el tacto era casi imperceptible, aunque eso fue suficiente para que él volviera a caer desmayado.
— ¿Por qué lo hiciste? ¡Y justo ahora! —se quejó Casey. Su amigo siguió con el semblante sombrío y culpable, ella aún no comprendía que lo hacía por su propio bien.
—Tú no entiendes, al final te ibas a arrepentir, estoy seguro —le explicó de la forma más tranquilizadora que pudo, pero su voz denotaba que estaba exaltado y nervioso por la posible catástrofe que pudo haber ocurrido si no se apresuraba en tomar medidas. Fue un alivio que leyó el pensamiento de Casey antes de que ella hablara.
—Pero no es tú asunto —le replicó ella.
—Claro que lo es, eres mi mejor amiga y debo velar por tu futuro —Casey pensó que era hipócrita por parte de Liam decirle eso, pero se ahorró el mal rato y se tragó el comentario, terminarían peleados y cabía la posibilidad de que Liam se fuera. Esta vez para siempre.
Sin embargo, y para su mala suerte, Liam escuchó cada una de las palabras que pensó. Tampoco dijo nada al respecto, era mejor dejar las cosas así.
—Bueno… ¿en cuánto tiempo despertara? 
— ¿Quién despertara? —escuchó de pronto. La pregunta se había respondido sola con esas palabras.
“No fue demasiado tiempo” Pensó Casey.
—Sólo lo roce con un dedo, tampoco exageres —le dijo Liam, recalcando el hecho que Niall era un debilucho, desde su perspectiva.
—Tú, te desmayaste de nuevo —le contestó ella a Niall, en un tono suave y dulce que a Liam se le hizo empalagoso. De repente podía imaginárselos como pareja y era la peor visión del mundo.
—Es que… —Niall no sabía porque se había desmayado otra vez, pero se hacía una pequeña idea del por qué, aunque le daba vergüenza decirla en voz alta.
—No importa, seguro te bajó la presión una vez más y como todavía estás débil…
—Dijiste que yo te gustaba —y la interrupción de Niall hizo que hasta Liam se sorprendiera. 
¿Cómo era posible? Él vio como se desmayaba en el preciso momento en que Casey abría la boca para hablar.
—Eso… —murmuró Casey. Sintió como las mejillas se le teñían de rojo, no le sucedía eso desde que tenía ocho años.
“Oh por Dios” Pensó.
— ¿Quieres que lo duerma otra vez? —inquirió Liam, reprochándole con la voz en la cual se podía descifrar lo que en realidad quería decirle: “Te dije que te ibas a arrepentir”.
“No, yo me las arreglo”
— ¡Dije que me gustaba el chocolate! —exclamó, con una risa histérica que delataba la mentira.
Niall habría jurado que se le confesó, pero sería mejor creer que su mente le jugó una mala pasada, de lo contrario, si insistía, Casey lo golpearía y ahí de verdad quedaría inconsciente.
—Oh, era eso… —murmuró el rubio, decepcionado. Casey lo notó y se mordió el labio con nerviosismo, sentía las ganas de gritarlo pero tenía que contenerse. Liam estaba en lo correcto, al final acabaría por arrepentirse.
—Sí… tú… no… —“me gustas, tú me gustas y mucho” —, tú no…—“me encantas, eres el chico más dulce, simpático y encantador que he conocido después de Liam, pero tú me gustas, me gustas, me gustas…”—. Eso.
—Tienes que decirle que no te gusta, por tu bien —le dijo Liam. El pensamiento de Casey fue tan potente y latente que era como escuchar gritos. Su amiga estaba enamorada del rubio ese y él no estaba dispuesto a dejar que ellos estuvieran juntos. Él no era para ella. 
—Tú no… —pero las palabras no salían de su boca, no podía continuar la oración sin sentir un nudo en la garganta que le impidiera dejar su sentencia de odio por parte de Niall.
—Casey, tú me gustas —escuchó de repente. 
De todos los silencios que había tenido con Niall, este era el peor. Sus palabras fueron casi palpables, como si flotaran en el aire con múltiples colores y ella pudiera agarrarlas. 
—Repítelo… —dijo ella, para asombro de Niall y Liam, que no había movido su cuerpo espectral en todo lo que demoró Casey en hablar.
Niall pareció desconcertado, pero pronto comprendió lo que quería Casey.
—Tú me gustas —volvió a decir, con una sonrisa y un sonrojo visible en toda su cara.
Los ojos de Casey brillaron, a Niall eso le pareció lo más hermoso que haya visto en su vida. Casey le había correspondido, no fue necesario que dijera nada para saberlo. Y eso lo hacía completamente feliz, porque después de muchos amores fallidos, al fin había encontrado a la chica correcta. Complicada, de mal humor, con carácter y agresiva, pero así le gustaba y no la cambiaría por nada.
—Tú también me gustas, Niall —y ese fue el final feliz que a Niall le hubiese gustado para su historia con Casey. Sin embargo, ella hizo una mueca en vez de una sonrisa y agregó algo más—: Me gustas, pero iré al baile con Louis.
— ¡¿Qué?!
(…)
—Deja de sonreír, no lo hagas, te lo advierto: una sonrisa y un suspiro de enamorada más y quemo la casa —le gruñía Liam a Casey.
Ella había estado de buen humor el resto del día e incluso no atormentó a nadie después de la escuela. La suspensión que le dio el maestro antes no era ningún problema, era más un regalo que un castigo, mas ahora deseaba ir a la escuela al otro día sólo para encontrarse con la mirada de Niall.
—No sé qué te está sucediendo, antes no eras así. Pareces una niña tonta enamorada —le reclamaba Liam, sentado en el suelo del living.
—Eso es lo que soy, Liam —le dijo ella, sin ningún tono de enfado o irritación.
Liam sabía que esto acabaría mal, no era buena idea que Casey terminara profundamente enamorada de Niall, las historias de amor nunca acababan con un final feliz, al menos no en la realidad. Él era un ejemplo y su amiga lo ignoraba.
—No me estás escuchando, esto está mal.
—Sí, tienes razón. Tal vez pueda cambiar de pareja con Louis, él quería ir con Emma, no creo que le moleste —le respondió Casey. Tenía un aire de soñadora recostada en el sofá más grande cambiando los canales de la televisión sin siquiera mirarla.
—Por Dios, estás como Katty —y eso la hizo volver a la realidad. Liam tenía razón, parecía una estúpida. Esto la estaba afectando más de lo debido.
—Lo siento, me dejé llevar —se disculpó.
—No me había dado cuenta —refunfuñó él, exagerando el sarcasmo en sus palabras—. Sólo te dijo que le gustabas, no dijo que te amaba ni te pidió que fueran novios, piensa Casey, él puede cambiar de idea rápidamente —todo era verdad, Niall sólo le había dicho eso –aparte del grito que pegó en cielo al saber que la chica que le gustaba iría con uno de sus mejores amigos al baile- y no era suficiente como para crearse tan altas expectativas.
—Sí, tienes razón. Debo pensar en frío… —Liam asintió y sonrió, al fin lo estaba entendiendo—… es que sus ojos son tan hermosos, y su sonrisa…
Casey suspiró y Liam cerró los ojos para no imaginar a su amiga de la mano de Niall, dedicándose miradas cómplices de amantes.
—Me rindo, enamórate si quieres, pero después no reclames si él te rompe el corazón.
—No seas tan pesimista, Liam.
— ¿Pesimista? Soy realista, Cass. Mira como terminé yo por enamorarme de la persona equivocada. Si quieres acabar como yo sólo trae la navaja que hay en la cocina y aceleramos el proceso, unos cuantos cortes en el lugar exacto y podremos espantar personas por el resto de la eternidad.
Liam estaba exasperado, sólo cuidaba de ella. No quería que cometiera el mismo error que él.
Casey se quedó muda, en todo este tiempo había olvidado que Liam estaba muerto y que era un fantasma –o algo parecido a uno-, ella creyó que continuarían sus vidas como si nada hubiese ocurrido. Pero ya se daba cuenta que no, que el péndulo de la muerte siempre estaría sobre ellos.
—Liam, yo…
—Sólo prométeme una cosa, no te enamores… él te puede gustar y todo lo demás, pero no te enamores. Por tu bien.
Ella asintió, no muy segura de poder cumplir su promesa, al fin y al cabo uno no podía controlar de quien enamorarse.
—Así que te suicidaste por Katty —murmuró Casey. 
No habían hablado de eso, ella no se atrevía a sacar el tema a conversación, temía que Liam se enfadara y que no le dijera nada.
—Algo así —le contestó él. No quiso indagar más en el tema, prefería dejarlo como un misterio a descubrir la verdadera razón del suicidio de Liam y sufrir por eso.
—Ok, iré a hacer la cena —dijo Casey.
Se levantó y se dirigió a la cocina, allí sacó un paquete de lasaña y salsa de tomate de la alacena y un pedazo de queso del refrigerador.
Hizo la cena y se sirvió para cenar en el living viendo televisión, Liam le dio unos cuantos consejos más acerca de cómo tenía que comportarse con Niall y que no se dejara humillar ni “manosear” por él.
—Liam, él no es de esos chicos.
— ¿Cómo lo sabes? —Casey se quedó callada, por supuesto que no lo sabía, pero algo en Niall hacía que depositara toda su confianza en él.
Al día siguiente, se levantó a las diez de la mañana y desayunó un café bien cargado para quitarse el sueño. Su madre no había llegado anoche y la traía sin cuidado, no era la primera vez que no llegaba a dormir.
A eso del medio día, cuando terminó de asear la casa, recibió un mensaje a su celular.
“Te guardaré los deberes de la clase de Química, ¿te molesta si voy a tu casa esta tarde a dejártelos?”
Era de Niall.
Le había dado su número de teléfono en día anterior, justo después de unas risas incómodas y miradas avergonzadas después de confesarse.
“Claro, aquí está mi dirección…”
Le mandó el mensaje y no dejó de sonreír en todo el día hasta que sonó el timbre diez minutos después de la salida de clases.
Liam ya no estaba tan preocupado, estaba alerta pero no paranoico.
Casey abrió la puerta expectante, pero ladeó la cabeza confundida al ver a Louis frente a ella.
— ¿Qué haces aquí? —le preguntó, en el tono desentendido y abrupto que utilizaba siempre.
—No te alegras de que haya venido —dijo, más como una afirmación que como una pregunta—. ¡Chicos, se los dije, no quería que viniéramos!
Y de entre medio de los arbustos que había en el jardín, algunas hojas se removieron y  salieron Niall, Zayn y Harry. 
Liam gruñó, no esperaba ver de nuevo a esos chicos desde el incidente en la sala de archivos, pero ahí estaban: contentos y dispuestos a entablar una amistad con Casey.
A Niall no lo soportaba, mas lo tenía que aprender a aceptar. Sin embargo, a sus amigos era demasiada tolerancia.
“Compórtate” pensó Casey, adivinando lo que pasaba por la cabeza de su amigo.
—Lo intentaré —se limito a decir.
— ¿Cómo está la futura reina del baile? —le preguntó Louis en forma de saludo.
—No bromees, idiota.
—No estoy bromeando, hoy salieron los nombres de los “príncipes” y “princesas” y entre ellas estabas tú. Niall casi se cayó de su silla cuando lo escuchó, en realidad, toda la escuela se fue hacia atrás al enterarse.
Y Casey estaba a punto de sentir lo mismo si es que no se hubiese afirmado del marco de la puerta y de un brazo de Louis.
¿Ella? ¿Cómo candidata? Tenía que ser una broma.
Y sólo se le venía a la cabeza un nombre, una persona que haya sido capaz de enfrentarse a ella.
—Dylan…
— ¿Cómo dices? —inquirió Louis.
—Nada, ya arreglaré ese asunto del baile.
“Liam, prepárate. Se adelantaron los planes, misión “arruinar el baile de bienvenida” comienza ahora”
Liam sonrió con malicia, al fin algo de acción.
—Como órdenes, Cass.
_____________________________________________________
Ahora si :D jajajaj Nos vemos mañana, espero que les guste <3

No hay comentarios:

Publicar un comentario